Astilla

Herida que una pequeña gota derrama dolor punzante que la mano paraliza una astilla clavada salida de quien sabe dónde o quizás sí Se desprendió de un trozo de madera madera que cogiste para el fuego del viejo árbol abandonado bajo un cielo encapotado y al volver la pusiste en el suelo y fue en ese momento que la astilla abandonó la madera.

Pasaron los días, semanas, meses y años años en un rincón escondida tu no notabas su presencia ignorabas su existencia y en unos de esto vuelcos que da la vida quisiste hacer una profunda limpieza después de muchos años.

Y así es como la cabeza funciona las cosas que menos te esperas las guarda, nunca las abandona. A la espera de volver a hacerte daño a volver en ese día el día menos esperado.